No es muy probable que miles y millones de mis seguidores (ja) estén ansiosos por conocer mi estado de salud, pero me ha sido bastante interesante el proceso desde que se manifestó mi lesión en la rodilla derecha, hasta la fase de rehabilitación atlética actual en la que estoy, pasando por el diagnóstico y tratamiento médicos. Creo que también sería interesante para otros corredores o triatletas conocer un poco de esta experiencia, por lo que me animé a escribir esta entrada para compartir esta información y que tal vez pueda ser útil para alguien.
En primer lugar, quisiera comentar que ningún cuidado que demos a nuestras rodillas y articulaciones está de más. En mi caso, los síntomas de una inflamación generalizada de los tendones de mi rodilla se manifestaron intempestivamente a los dos días de haber corrido un Medio Maratón, pero en realidad, la inflamación se fué generando paulatinamente, silenciosa y casi asintomática, sin muchos aspavientos, hasta que llegó a un nivel tal que empezó a provocar dolor intenso y me impidió correr. En especial, según mi traumatólogo, este tipo de lesiones son el resultado de procesos degenerativos o inflamatorios que se desarrollan a lo largo de períodos de semanas, meses o incluso años, como resultado del impacto que sufren las articulaciones al correr, el insuficiente descanso después de sesiones de entrenamiento intensas, el uso de tenis o zapatillas inadecuadas y la extrema dureza e inclinación de las superficies en las que normalmente corremos. En pocas palabras, por el trato abusivo que la mayoría de los corredores damos a nuestras rodillas.
Las medidas preventivas son bastante conocidas y no voy a entrar en mayor detalle (descanso suficiente después de entrenamientos intensos, evitar superficies duras, uso de hielo después de los entrenamientos, etc.), pero en especial el médico me recomendó tomar Glucosamina y Condroitina. Aunque no hay evidencia científica concluyente, si hay mucha información empírica que indica que estos dos suplementos naturales regeneran el tejido cartilaginoso y ayudan a evitar la degeneración de las articulaciones e incluso, más a corto plazo, la inflamación.
En un principio, cuando se manifestó la lesión pensé que el dolor se iría en cosa de una semana o menos simplemente con descanso y algún desinflamante, pero los días pasaron sin que yo sintiera mejoría. El diagnóstico médico fué difícil, en parte por culpa mía. La recomendación inicial del médico fué hacer una Resonancia Magnética, si quisiéramos estar plenamente seguros de cuál era exactamente la lesión, pero no era estrictamente necesario, ya que era muy probable que se tratara "solamente" de una tendinitis simple y común; erróneamente decidí no hacerme la resonancia. Al ver que no mejoraba, el médico me solicitó un estudio de Ultrasonido y una Radiografía de rodilla y las imágenes fueron concluyentes. Inflamación en varios de los tendones y ligamentos. Según el médico, la inflamación fué originalmente en el tendón rotuliano y se fué generalizando a los laterales. Afortunadamente, por las pruebas que hicimos de movilidad y flexibilidad de la rodilla, se descartó una lesión en meniscos, la que seguramente hubiera requerido cirugía, pero la radiografía de rodilla mostró un desalineamiento de la articulación que puede ser corregido fortaleciendo la rodilla y los cuadríceps en general y con la ayuda de infiltraciones de gel.
El tratamiento no ha sido sencillo. Se prescribieron desinflamantes y analgésicos, para reducir la inflamación y 3 infiltraciones de gel en la rodilla. Adicionalmente a suspender cualquier actividad física que no fuera caminata ligera y natación, se indicaron 10 sesiones (3 por semana) de terapia con ultrasonido, masaje en cuadríceps y electroterapia.
Primeramente, después de que se confirmó el diagnóstico, fueron casi 3 semanas de dolor intenso en rodilla y de cero actividad, después de lo cuál, mi cuadriceps se adelgazó alarmantemente. A partir de que la inflamación y el dolor fueron disminuyendo, con ayuda de mi médico fisioterapeuta fuimos incluyendo en el plan de rehabilitación algunos ejercicios de fortalecimiento en rodilla y cuadríceps, así como caminata que se fué incrementando gradualmente. Después iniciamos con pequeños segmentos de trote intercalados en las sesiones de caminata, hasta llegar al punto en que estoy ahora, en el que las sesiones son de aproximadamente 40 minutos, alternando 2 minutos de caminata vigorosa con 2 o 3 minutos de trote a ritmo de 6.5 min/km aproximadamente. También estoy ya haciendo bicicleta fija en sesiones de 40 minutos a 1 hora, con resistencia moderada. Adicionalmente, hemos iniciado con ejercicios de fuerza en pierna y rodilla, que en un principio fueron sin peso y gradualmente hemos ido incorporando algo de peso.
La posibilidad de que por la lesión no pueda correr Boston Marathon, pone un ingrediente de gran estrés en todo este problema. Ha sido muy difícil aceptar que tenía que dejar de entrenar formalmente durante casi 2 meses, sabiendo que "tengo" que estar listo para correr Boston el 21 de Abril. Cada vez que regresaba alguna molestia durante los ejercicios de rehabilitación o durante las caminatas, se me venían a la cabeza mil pensamientos pesimistas. Pensaba que era un hecho que no cumpliría mi sueño de correr en Boston y que, después de la cancelación del New York City Marathon en 2012, sería para mí el segundo Maratón en Estados Unidos que no podría correr estando ya inscrito. El ánimo se desplomaba por momentos y mantenerme tenaz y enfocado en ir avanzando en la rehabilitación fué una de las partes más difíciles de todo esto.
También la paciencia fué un ingrediente que no fué nada fácil de integrar en todo este proceso. Las ganas de estar ya entrenando al 100% me llevaban a pensar que era tiempo de mandar todo a volar y empezar a entrenar más fuerte, a pesar del grave riesgo de recaer. Afortunadamente, durante estos 2 meses pude refugiarme en la natación como medio para no perder por completo mi acondicionamiento físico general. Aunque por supuesto no es un entrenamiento específico para Maratón, el nado me ha ayudado a sobrellevar mi condición actual. He estado nadando un promedio de 2 kilómetros, 5 o 6 veces por semana. Aparte del gran progreso que he logrado en mis tiempos de natación, lo que deberá ser un beneficio cuando me reincorpore a la actividad en los Triatlones, he podido mantener la resistencia al esfuerzo, que será importante cuando esté en la parte fuerte del programa de Maratón para Boston. Repito: nadar no es lo mismo que entrenarse para Maratón, pero algo ha ayudado.
Hoy estoy en un punto en el que a todas luces estoy progresando aceleradamente en mi rehabilitación. Ya estoy en condiciones de trotar a un ritmo modesto, siento que mi rodilla está mejorando día con día y que podría ya correr todavía más rápido y eso me cambia radicalmente mi estado de ánimo. Todo parece que, si Dios quiere, podré correr en Boston.
Es probable que en estos 3 meses que faltan para este Maratón no logre completar una preparación que me permita correr cerca de mi objetivo previo a la lesión, que era de unas 3:30 horas, pero estoy optimista y aunque no llegue al 100%, pienso que por lo menos estaré listo para, sin un objetivo específico de tiempo, correr la más antigua, famosa y tradicional Maratón en el mundo.
Mi programa de entrenamiento para Boston ya está perfectamente planeado. Durante el mes de enero, paulatinamente los ejercicios de rehabilitación y el trote/caminata, se irán convirtiendo en carrera. Poco a poco irá cambiando el tipo de entrenamiento hasta que, en el mes de Febrero estaré ya en lo que podría llamarse un programa formal de entrenamiento para Maratón. A pesar de los muchos años de experiencia que tengo en diseñar mis propios programas de entrenamiento para Maratón, basados en las teorías de los Gurús del momento, no fué nada sencillo diseñar un programa como el que tengo preparado para Boston, que tuvo que considerar como parte del mismo el traslape de mi rehabilitación con el inicio del entrenamiento formal. Será un programa de 3 meses y medio. En condiciones normales, esos 3 meses serían el tiempo ideal para preparar un Maratón, pero dado que en ese período se tendrá que dar la transición de lo que es la rehabilitación al entrenamiento formal, no podré llegar en mi forma óptima a Boston, pero por lo menos podré correrlo en un tiempo que calculamos será de entre 3:45 a 3:55. Será una marca modesta, aunque dadas las circunstancias, en esta ocasión la marca será lo menos importante y no la tomaré como un objetivo de competencia.
En el diseño de mi Programa de Entrenamiento me ha ayudado mucho mi Médico Fisioterapeuta, quién tiene vastísima experiencia en la rehabilitación de atletas de alto rendimiento. Y no solo en el diseño del programa de entrenamiento sino en todo este difícil proceso de rehabilitación. Si me lees (y aunque no me leas), Dr. Covarrubias, hago público desde aquí mi agradecimiento infinito.
Me motiva mucho pensar en Joan Benoit. Como muchos recordarán, Benoit corrió el Maratón clasificatorio de Estados Unidos para los Olímpicos de 1984, solo 17 días después de haberse sometido a cirugía artroscópica en una de sus rodillas. Después de clasificarse, es historia conocida que Benoit ganó el Maratón Olimpico.
No quiero ser triunfalista y dar por hecho que ya he salido adelante de mi lesión, pero voy muy bien y creo que escribir esto, un poco me ayuda a seguir avanzando. Yo no soy Joan Benoit ni tengo su nivel competitivo ni muchísimo menos. Mi reto es mucho más modesto y mundano que el que tuvo que afrontar esta gran atleta en las Olimpiadas de 1984: Salir cuánto antes y por completo de mi lesión y lograr estar listo para correr Boston Marathon el 21 de Abril próximo. ¡Ojalá que así sea!
El tratamiento no ha sido sencillo. Se prescribieron desinflamantes y analgésicos, para reducir la inflamación y 3 infiltraciones de gel en la rodilla. Adicionalmente a suspender cualquier actividad física que no fuera caminata ligera y natación, se indicaron 10 sesiones (3 por semana) de terapia con ultrasonido, masaje en cuadríceps y electroterapia.
Primeramente, después de que se confirmó el diagnóstico, fueron casi 3 semanas de dolor intenso en rodilla y de cero actividad, después de lo cuál, mi cuadriceps se adelgazó alarmantemente. A partir de que la inflamación y el dolor fueron disminuyendo, con ayuda de mi médico fisioterapeuta fuimos incluyendo en el plan de rehabilitación algunos ejercicios de fortalecimiento en rodilla y cuadríceps, así como caminata que se fué incrementando gradualmente. Después iniciamos con pequeños segmentos de trote intercalados en las sesiones de caminata, hasta llegar al punto en que estoy ahora, en el que las sesiones son de aproximadamente 40 minutos, alternando 2 minutos de caminata vigorosa con 2 o 3 minutos de trote a ritmo de 6.5 min/km aproximadamente. También estoy ya haciendo bicicleta fija en sesiones de 40 minutos a 1 hora, con resistencia moderada. Adicionalmente, hemos iniciado con ejercicios de fuerza en pierna y rodilla, que en un principio fueron sin peso y gradualmente hemos ido incorporando algo de peso.
La posibilidad de que por la lesión no pueda correr Boston Marathon, pone un ingrediente de gran estrés en todo este problema. Ha sido muy difícil aceptar que tenía que dejar de entrenar formalmente durante casi 2 meses, sabiendo que "tengo" que estar listo para correr Boston el 21 de Abril. Cada vez que regresaba alguna molestia durante los ejercicios de rehabilitación o durante las caminatas, se me venían a la cabeza mil pensamientos pesimistas. Pensaba que era un hecho que no cumpliría mi sueño de correr en Boston y que, después de la cancelación del New York City Marathon en 2012, sería para mí el segundo Maratón en Estados Unidos que no podría correr estando ya inscrito. El ánimo se desplomaba por momentos y mantenerme tenaz y enfocado en ir avanzando en la rehabilitación fué una de las partes más difíciles de todo esto.
También la paciencia fué un ingrediente que no fué nada fácil de integrar en todo este proceso. Las ganas de estar ya entrenando al 100% me llevaban a pensar que era tiempo de mandar todo a volar y empezar a entrenar más fuerte, a pesar del grave riesgo de recaer. Afortunadamente, durante estos 2 meses pude refugiarme en la natación como medio para no perder por completo mi acondicionamiento físico general. Aunque por supuesto no es un entrenamiento específico para Maratón, el nado me ha ayudado a sobrellevar mi condición actual. He estado nadando un promedio de 2 kilómetros, 5 o 6 veces por semana. Aparte del gran progreso que he logrado en mis tiempos de natación, lo que deberá ser un beneficio cuando me reincorpore a la actividad en los Triatlones, he podido mantener la resistencia al esfuerzo, que será importante cuando esté en la parte fuerte del programa de Maratón para Boston. Repito: nadar no es lo mismo que entrenarse para Maratón, pero algo ha ayudado.
Hoy estoy en un punto en el que a todas luces estoy progresando aceleradamente en mi rehabilitación. Ya estoy en condiciones de trotar a un ritmo modesto, siento que mi rodilla está mejorando día con día y que podría ya correr todavía más rápido y eso me cambia radicalmente mi estado de ánimo. Todo parece que, si Dios quiere, podré correr en Boston.
Es probable que en estos 3 meses que faltan para este Maratón no logre completar una preparación que me permita correr cerca de mi objetivo previo a la lesión, que era de unas 3:30 horas, pero estoy optimista y aunque no llegue al 100%, pienso que por lo menos estaré listo para, sin un objetivo específico de tiempo, correr la más antigua, famosa y tradicional Maratón en el mundo.
Mi programa de entrenamiento para Boston ya está perfectamente planeado. Durante el mes de enero, paulatinamente los ejercicios de rehabilitación y el trote/caminata, se irán convirtiendo en carrera. Poco a poco irá cambiando el tipo de entrenamiento hasta que, en el mes de Febrero estaré ya en lo que podría llamarse un programa formal de entrenamiento para Maratón. A pesar de los muchos años de experiencia que tengo en diseñar mis propios programas de entrenamiento para Maratón, basados en las teorías de los Gurús del momento, no fué nada sencillo diseñar un programa como el que tengo preparado para Boston, que tuvo que considerar como parte del mismo el traslape de mi rehabilitación con el inicio del entrenamiento formal. Será un programa de 3 meses y medio. En condiciones normales, esos 3 meses serían el tiempo ideal para preparar un Maratón, pero dado que en ese período se tendrá que dar la transición de lo que es la rehabilitación al entrenamiento formal, no podré llegar en mi forma óptima a Boston, pero por lo menos podré correrlo en un tiempo que calculamos será de entre 3:45 a 3:55. Será una marca modesta, aunque dadas las circunstancias, en esta ocasión la marca será lo menos importante y no la tomaré como un objetivo de competencia.
En el diseño de mi Programa de Entrenamiento me ha ayudado mucho mi Médico Fisioterapeuta, quién tiene vastísima experiencia en la rehabilitación de atletas de alto rendimiento. Y no solo en el diseño del programa de entrenamiento sino en todo este difícil proceso de rehabilitación. Si me lees (y aunque no me leas), Dr. Covarrubias, hago público desde aquí mi agradecimiento infinito.
Me motiva mucho pensar en Joan Benoit. Como muchos recordarán, Benoit corrió el Maratón clasificatorio de Estados Unidos para los Olímpicos de 1984, solo 17 días después de haberse sometido a cirugía artroscópica en una de sus rodillas. Después de clasificarse, es historia conocida que Benoit ganó el Maratón Olimpico.
No quiero ser triunfalista y dar por hecho que ya he salido adelante de mi lesión, pero voy muy bien y creo que escribir esto, un poco me ayuda a seguir avanzando. Yo no soy Joan Benoit ni tengo su nivel competitivo ni muchísimo menos. Mi reto es mucho más modesto y mundano que el que tuvo que afrontar esta gran atleta en las Olimpiadas de 1984: Salir cuánto antes y por completo de mi lesión y lograr estar listo para correr Boston Marathon el 21 de Abril próximo. ¡Ojalá que así sea!
Mucha suerte con la recuperación, que puedas llegar bien a Boston.
ResponderEliminaranimos , Boston te espera , saludos
ResponderEliminarCorrerás Boston, quizás no a la intensidad deseada pero disfrutando seguro.
ResponderEliminarAnimo y fuerte abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAnimo, Gerardo!
EliminarPaciencia y animos¡¡¡.
ResponderEliminarNos veremos corriendo en Boston, seguro. Mucho animo. n abrazo
ResponderEliminarSomos una gran familia blooguera mi Gerardo, y lo que le acontezca a alguno, nos importa a todos, que bien que le hayas dado la importancia que la lesion requeria y que bien qye vayas recuperando, tan solo el hecho de estar en Boston, es un agasajo hermano, asi que animo y solo ve y disfruta, un abrazo campeon
ResponderEliminarAnimo Gerardo , creo que ya pasó lo más duro . Ese maratón aunque no lo puedas correr a tu ritmo normal te va a saber a gloria .
ResponderEliminarUn saludo
Yo he tenido problemas en las rodillas desde siempre, tendinitis crónica en una causada por una fisura que no me detectó el médido, y en la otra por desgaste y condropatía rotuliana. Y lo que me hizo sentir mucho mejor fue la visita al podólogo y las plantillas que me recetó. ¿Has visitado al podólogo?
ResponderEliminarGracias por la sugerencia. Iré al Podólogo y ya te cuento el resultado. Saludos.
EliminarNo hay nada peor para un corredor que estar lesionado, lo afrontado muy bien.
ResponderEliminarEspero que puedas estar en Boston, tienes ,mucha información que darme :)