Triatlón Querétaro 16

viernes, 27 de septiembre de 2013

Corredor por Naturaleza

Alguien me dijo alguna vez hace muchísimos años, que hay diferentes tipos de corredores. Hay corredores de fin de semana, corredores por moda, corredores por salud, corredores por dinero, corredores por afición, corredores y más corredores. No recuerdo bien la clasificación completa, pero lo que me quedó grabado para siempre en la memoria fue que hay Corredores por Naturaleza.

Los Tarahumaras son Corredores por Naturaleza. Ese tal vez sea un buen ejemplo. Son gente que, independiente de una motivación externa, afición, una necesidad o un impulso, llevan la carrera en su naturaleza. Podría escribir que la llevan en sus genes, pero no estaría tan seguro de ello. Lo que sí es seguro es que el Tarahumara es Corredor por Naturaleza.
Pero no solo los Rarámuris son Corredores por Naturaleza. Los hay por múltiples causas, de otras características, colores de piel y de ojos, sabores, orígenes y condiciones sociales, pero todos coinciden en una cosa: su naturaleza humana tiene grabada internamente, a hierro y fuego, su condición de Corredores.

Un Corredor por Naturaleza no es necesariamente aquel que gana grandes competencias, impone récords o es el más rápido o el más resistente. Un Corredor por Naturaleza es el que abraza esa condición como parte integral de su vida. Su estímulo viene del interior. No necesita de triunfos para mantenerse motivado, aunque sus logros y sus fracasos atléticos lo alimentan y la carrera es parte intrínseca de su persona. Habla como corredor, come como corredor, se relaciona como corredor, se siente corredor, parece corredor. ¡Vive y disfruta la vida como Corredor!.

Todo cambia en este mundo y las personas más. Pero un Corredor por Naturaleza lo es para toda la vida, aún y cuando circunstancias diversas puedan llegar a impedirle correr un paso más.

He conocido muchos corredores por Naturaleza: Rodolfo Gómez fué mi primer gran ídolo y es Corredor por Naturaleza. Y como él, he tenido contacto con más, la inmensa mayoría sin la extraordinaria brillantez competitiva de Rodolfo u otros grandes maratonistas. Algunos son mis amigos y están en este círculo y en otros que me son cercanos, otros son personajes que solo he conocido por los medios o a través de la lectura. Don Panchito Muñiz, corredor octagenario de San Luis Potosí es otro gran ejemplo. El filósofo de la carrera, el Dr. George Sheehan, no se queda atrás. Haile quizá sea el más famoso de todos. Forrest Gump tal vez lo fue en la fantasía, aunque solo por un par de años. Micah True sin duda fue Corredor por Naturaleza hasta su último aliento. Pero como ellos conozco a muchos más sin tantos reflectores, sin tantos títulos y mucho más cercanos, mundanos y cotidianos.

Tal vez sea pretencioso, pero este domingo 29 de Septiembre cumplo 30 años como corredor y me quiero regalar el íntimo reconocimiento de una condición que me bendijo desde hace 30 años:  

Soy Corredor por Naturaleza.

El festejo de mis Bodas de Perla como corredor consistirá en una corridita Amansalocos de 30 kilómetros, mañana sábado 28 de Sep. a las 6:00 de la mañana. ¡Están todos invitados!

                                                  Corriendo mi primer Maratón, en 1986:

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Arrancando rumbo a Maratón Monterrey

Maratón Monterrey, en Dic. 8, será mi meta intermedia antes de Boston 14.

El año pasado, no hice una buena carrera en el Maratón regiomontano. Había tenido una serie de problemillas musculares desde mediados de año y mi programa de entrenamiento para 42 kilómetros se había limitado a solo 9 semanas, pues antes de iniciar mi preparación para Maratón, me emperré en hacer mi primer Triatlón en la distancia Olímpica en Veracruz. Aunque valió para un no tan desastroso 3:34:10, mi desempeño en Monterrey fué definitivamente malo. Corrí lo que se puede calificar de "bien" hasta el rumbo del kilómetro 36, en donde una Pájara enorme se me encaramó en el lomo y mi ritmo se cayó en más de 1 min/km los últimos 6 mil metros.

Este año, el objetivo es hacer un Sub-3:30 en Monterrey.
No es una meta demasiado ambiciosa, considerando que en esa misma ruta, bastante demandante por cierto, hace dos años corrí 3:26. Sin embargo, la idea es ir paulatinamente avanzando para alcanzar mi pico de forma, no en diciembre, sino en la segunda mitad de abril, cuando corra Boston.
En ese sentido, Monterrey será solamente una parada en mi ruta a Boston.

Después de correr Triatlón Querétaro el pasado domingo 15 (Septiembre), reanudé mis entrenamientos el martes 17, con un trote de recuperación de 8 kilómetros que marcó el inicio formal de mi programa de entrenamiento rumbo a Monterrey.
Dicho plan contempla de 2 a 3 sesiones semanales de nado los lunes, los miércoles y uno de cada dos viernes, 3 sesiones de carrera básicamente enfocadas a las "Three Magic Bullets": Series de Velocidad los martes, Carrera Tempo o de Ritmo los jueves y Tirada Amansalocos de 30 kilómetros o más un sábado sí y otro no. Por último, contemplo hacer una rodada de bicicleta de 40 a 60 kilómetros los domingos de las semanas en las que me toque Amansalocos y una carrera de alta montaña de 10 a 20 kilómetros los domingos de las semanas en las que no haya sesión de larga distancia.
El descanso será total los viernes previos a las tiradas Amansalocos y activo (nado de afloje) los viernes de las semanas en donde no tenga tirada de larga distancia.

Básicamente, el programa descrito está modelado bajo el enfoque del método FIRST o Furman, que es algo que ya no es nuevo para mí en preparación para un Maratón. Será la segunda temporada en la que experimento con este tipo de entrenamiento. La primera no arrojó resultados del todo satisfactorios, pero espero que en la presente, con algunos ajustes a mis métodos, principalmente relacionados con los ritmos de carrera Tempo y los ritmos de las Series de velocidad, así como la incorporación ya sistemática de carreras a gran altitud, mi desempeño sea un poco mejor.
Ya desde el período anterior había modificado los ritmos de Tempo y de Series que marca Furman, que a mí me parecen demasiado exigentes, pero como principal modificación para esta temporada, incorporaré en mi programa algo de la inagotable sabiduría de Jack Daniels en este tema.

Por lo pronto, ayer (martes) tocó una buena sesión de Series de velocidad:
5 x (800 @ 3:25 + 400 @ 1:44) con tramos de 2 minutos de trote muy suave de recuperación entre cada repetición.

lunes, 23 de septiembre de 2013

LLUVIA COMPLETA, KILÓMETROS INCOMPLETOS

El fin de semana iba a ser muy pesado. En el programa aparecen un fondo de 30 kilómetros el sábado y una rodada de 60 kilómetros el domingo, con el grupo de ciclismo de mi club, en el Autódromo de la Cd. de México.
Tocaba salir a correr el fondo de 30K's sin previo desayuno y sin el auxilio de Gatorades ni Geles ni nada por el estilo. Se trataba de ensayar la carrera larga buscando simular las condiciones de agotamiento de Glucógeno en las etapas finales de un Maratón. Solo agua simple y dos cápsulas de sal que consumiría en los kilómetros 10 y 20, por aquello de los calambres.
Desde el inicio, no fué nada fácil. Me costó encontrar un ritmo decente y luego, cuando la mañana se hizo adulta y los kilómetros se acumularon, la falta de reservas en mi torrente sanguíneo complicó las cosas.
No fué como para tirarse al pasto ni mucho menos, pero sí es diferente y bastante más difícil la carrera larga sin tantos auxiliares de los que hoy día abusamos los corredores. Solo agüita simple.

Las cápsulas de sal hicieron su trabajo; en la semana había sufrido calambres dos veces, en la sesión de velocidad y en la tirada Tempo. Pero hoy... ¡nada!. ¡Benditas cápsulas de sal! Al final, 2 horas 46 minutos en los 30 kilómetros. Ritmo más lento de lo esperado, pero excelente entreno de distancia. No importaba el ritmo, sino cultivar la resistencia y sentir las condiciones desfavorables de los últimos kilómetros de la Maratón.

El domingo, la lluvia me hizo desistir de la idea de ir al Autódromo. Chequé el pronóstico del clima y marcaba lluvias y más lluvias también en la Cd. de México. Decidí rodar solo, en el Circuito Providencia, a 2 minutos de mi casa. La lluvia no dejaba rodar rápido. Si me quitaba los lentes, molestaba el agua en los ojos. Si me los ponía, se empañaban y no podía ver. Continué tratando de mantener un ritmo de por lo menos 28 kms/hora, con la esperanza de que conforme la mañana se hiciera adulta, la lluvia dejara de molestar. No fué así. Al contrario. Por momentos, la llovizna se hacía lluvia torrencial y decidí parar a los 31 kilómetros, que se fueron en 1 hora 4 minutos.

Volví a casa empapado, temblando de frío. Aventé lejos la ropa mojada e hice todavía muy buenas 300 abominables, que mataron la temblorina y el frío de inmediato.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Triatlón Querétaro 2013. Crónica de un Éxito.


  • Los Prolegómenos
Espinita es decir poco, muy pero muy poco... lo que traigo clavado es una tremenda estaca. ¿Será Querétaro el Triatlón en el que me sacaré la espada? ¿O seguiré como vampiro, en el ataúd y con una estaca por siempre clavada en el pecho?
En Triatlón Valle de Bravo en Febrero pasado, después de una larga, intensa y meticulosa preparación, llegué seguro de que me subiría a mi primer podio en un Triatlón, pero una caída en el tramo de ciclismo y la consecuente y definitiva rotura del desviador trasero de mi Bicicleta, me regresaron abruptamente a la realidad. ¿Logré terminar el tramo de rueda? sí, a pie, después de caminar 9 kilómetros con cleats de Ciclismo y empujando la Bici después del accidente. ¿Logré cerrar durísimo el tramo de carrera? sí, golpeado y todo, pero fuera del tiempo límite. En lugar de podio, obtuve en Valle una sufrida medalla de finalista, como miles de triatletas más, a pesar de que, por tiempo, fuí descalificado.

La familia en pleno me acompaña a Querétaro. Salimos ya tarde. Sendos huracanes azotando las costas del Golfo y del Pacífico, provocaban un clima poco propicio. El día plomizo y lluvioso no auguraba condiciones ni por mucho perfectas para la competencia del día siguiente, sobre todo en lo correspondiente al Ciclismo, que de por sí, se corre en una carretera en pobres condiciones, lenta aunque en parte por eso mismo, no tan peligrosa.
El club en donde está el pequeño lago artificial, destinado al Ski Acuático, que es donde se nada el tramo húmedo de la competencia, es parte de un fraccionamiento aún sin habitantes, con grandes extensiones de terreno empastado. El estanque contiene aguas muy tranquilas, sumamente turbias pero de temperatura bastante amable. El tramo de carrera será dentro del propio fraccionamiento, en caminos de trail, que por la lluvia, prometen estar lodosos al día siguiente.
Ingreso la bici a la zona de transición, quedando justo a la mitad. Bastante amplios los carriles internos de la zona, el terreno empastado y todo bastante adecuado para una transición rápida y sin riesgos, pero tanta lluvia y agua sobre el pasto me hacen pronosticar un lodazal para mañana.
  • El Nado
La salida será desde adentro del agua, ya en el carril de nado. Floto, espero, floto, espero... y así 3, 4, ¡5 minutos! hasta que sin previo aviso, aulla la sirena marcando el inicio de la jornada. Tengo que nadar muchos metros antes de que las aguas se empiecen a despejar y pueda bracear y patear sin ya ser molestado por nadadores vecinos. Siento el deseo de ir más rápido, pero el contacto, una brazada sí y otra también, con los pies de los nadadores de adelante, me lo impide. Se que puedo nadar los 1,000 metros a ritmo cercano a los 2:00 min /100 metros, pero un poco el miedo natural, que aún no logro controlar del todo en el tramo acuático de mis triatlones, me frena.

Me voy soltando poco a poco. La brazada de aguas abiertas siempre me ha costado y la voy haciendo poco, prefiriendo guiarme en lo posible por la vista  lejana de la orilla opuesta del estanque, cada vez que ladeo la cara para respirar de mi lado izquierdo. De repente me sorprendo un poco distraído, desconcentrado y pensando en asuntos ajenos y solo regreso al aquí y ahora cuando veo la primera boya unos 100 metros adelante, la que marca el primer giro a la izquierda.

Irán ya unos 650 o 700 metros nadados y empiezo a sentirme mucho, pero mucho más cómodo y más confiado. Empiezo a acompañar mentalmente la brazada, a deslizar y a alargar los brazos y a bajar un poco la frecuencia y en automático empiezo a sentir como la velocidad aumenta. ¿Por qué no lo hice desde el principio? 
Llego a la boya que marca el término de la distancia a nado, vuelta a la derecha, unos metros más de "sprint" final, resbalón y golpe contra el suelo en la rampa de salida del agua (espinilla pelada) y ya estoy corriendo en pos de mi potro de aluminio. Le aviso a mi Garmin que terminó el primer tramo y checo: Malísimo tiempo de 23:48, casi 4 minutos por encima de mi presupuesto.
  • Pedales y Ruedas
Mi monte es limpio y rápido. Me encaramo ágil, de un salto, como Llanero Solitario en Silver. Ya montado me ajusto las zapas y casi sin darme cuenta ya salí del fraccionamiento rumbo a la primera vuelta de las 3 que forman el tramo de 30 kilómetros de Ciclismo. La lluvia ligera molesta un poco y el pavimento está muy mojado, tanto que no es posible draftear sin salir salpicado de agua y lodo en la cara, por la estela del pedalista de adelante. Así, ruedo solo la primera vuelta. Al menos eso creo: en el retorno se me empareja un tipo y me dice "Vamos, Gerardo. He querido ayudar, pero no he podido". Pretextos. Va chupando rueda, sin colaborar. Aún así, sigo rodando al frente, en tramos a 32, en tramos a 33 y casi siempre alrededor de los 34 kms/hr, lo que yo considero rápido dadas las condiciones de encharcamiento e irregularidad del pavimento.

La segunda vuelta fué más rápida que la primera. Al poco rato, ya llevo atrás a 4 o 5 chupa-ruedas, que algunos se han ido colgando del grupo conforme los hemos ido rebasando. Pero nadie ayuda, al menos a mí, que sigo al frente trabajando solo. ¡Y yo que pensaba que solo mi jefe me explotaba!. Pasan casi volando dos chicas con uniforme nacional e intento seguirlas; lo hago tal vez un par de kilómetros, hasta que justo antes del retorno infestado de jueces, me viene a la mente: "Prohibido hacer drafting con ciclistas del género opuesto". Me descuelgo unos metros, suficientes para que me sea imposible mantenerles el paso. Y los zánganos chupando de mi rueda.

En el retorno de inicio de la tercera vuelta, me abro para que pase al frente mi persecutor, tal vez ahora sí ayude. Y sí. Pero me da el cambio poco después. Y ahí voy de nuevo al frente, pero ahora solo por un momento y me vuelvo a abrir... y así... Mala decisión: el ritmo baja. Cuando checo el Garmin, me marca sobre los 30 kms/hr. Y ya es demasiado tarde.

En eso llegamos a la desviación hacia el tramo final. Me desajusto las zapatillas y desmonto justo antes del límite. ¿Las piernas? Sin bronca, perfectas, pero los pies con ampollas en sendas plantas, resultantes de haber rodado con los pies con residuos de lodo levantado en la zona de transición, ampollas que poco a poco se van sintiendo y ardiendo más, conforme se pasa la sensación de adormecimiento propia de una rodada intensa. Mi tiempo en la rodada de 30 Ks: 56:06, bueno para un promedio de más de 32 kms/hora. Not Bad, a pesar de una pésima tercera vuelta.
  • La Especialidad de la Casa: Tramo de Carrera
Después de dejar la Bicicleta en transiciones, me viene a la mente la gran duda: ¿Voy en los primeros lugares de mi categoría? No lo se, pero creo que si no soy el líder, quizá esté entre el grupo de los 3 o 4 primeros. En los retornos de la rodada, alcancé a ver unos cuántos venados de mi grupo de edad (H) por delante de mí. No estoy seguro cuántos, pero sí estoy seguro que puedo pelear el podio. Hay que apretar el ritmo; he estado haciendo muy bien mis intervalos de velocidad, inicio la corrida (casi) sin sensación de piernas locas y me siento todavía fuerte, así que, aunque las ampollas en los pies molestan relativamente, no tengo pretexto.
La ruta corre en tramos en pasto, en tramos en grava y en tramos en lodo muy resbaloso. Es totalmente plana, si acaso con algunos desniveles que solo la vista detecta vagamente pero que para las piernas son imperceptibles.

Recién iniciando la corrida, el ritmo es de mula terca: si acaso 5:15 min/km; pero conforme me voy estabilizando, cada vez se siente más cómodo un paso por abajo de los 5:00 min. Las chicas del puesto de abastecimiento en el kilómetro 2 fumaron algo, pues gritan como si en ello les fuera la vida, cosa que agradezco chocando palmas con las que se me ponen a la mano. Y al mismo tiempo, siento que mi ritmo ya es decente. El Garmin me lo confirma marcando 4:30 min/km y hasta menos. Yo me siento bien. De maravilla podría decir, pero exageraría un poco. Casi para completar la primera vuelta de 3.5 kms., veo a mi familia a la vera del camino. Alzo los brazos y sonrío para las fotos y ¡vámonos por la segunda ronda!.

Hasta ahora no he rebasado a ningún corredor con la marca H en la pantorrilla derecha (la de mi categoría), pero casi en el kilómetro 5 alcanzo a ver al primero. Me coloco unos 5 o 6 metros atrás de él, evitando que me detecte, recupero el aliento unos cuántos segundos y me lanzo a rebasarlo con autoridad. Quiero que sienta que mi ritmo es demasiado rápido para colgarse y así es. No hace el intento por seguirme. Antes de una vuelta a la izquierda volteo y lo veo ya como a 50 metros atrás y justo al terminar de dar la vuelta, veo adelante al siguiente, el del traje amarillo que saludé en la salida de natación. Otro "H" al que cada vez le veo la espalda más grande. Hago el mismo movimiento para rebasarlo, pero este venado es más bravo y se me cuelga. Así nos vamos unos 400 o 500 metros hasta que se empieza a quedar.

La meta se ve (o casi se adivina) a lo lejos y trato de cerrar fuerte, pero las piernas no dan ya para muchote. La incertidumbre nuevamente llega: ¿Son todos o hay más H's adelante? Ya no veo a ninguno ni lo veré hasta llegar a la meta. Antes de cruzar la tierra prometida, levanto los brazos. Siento como me invade un hervor de euforia; aprieto los dientes, aprieto los puños y aprieto todo lo apretable; un grito me sale del alma. Creo que logré el podio, pero en medio de todo el fervor, la duda me sigue asaltando: ¿soy primero, segundo o tercero. O tal vez...? ¡No!, más de eso, no quiero ni pensar. Paro mi Garmin en 33:06 de tramo de carrera y 1:59:55 de tiempo total. Casi justas las 2 horas que tenía como objetivo.


  • La premiación
Después de pasar por la zona de recuperación, incluido un chapuzón en la pileta y un masaje en piernas, salgo al área de reunión. Ya me espera mi familia. Mi hijo me comenta que hay dos monitores mostrando los resultados y de inmediato acudimos a consultar. De pronto en las pantallas aparece el listado de competidores de mi categoría y ¡ahí estoy yo en Segundo Lugar!

Mi primera reacción fue un poco de decepción  pues tenía la íntima expectativa de haber quedado en primero, pero de inmediato di paso a la celebración. Me felicitó mi hijo y nos fundimos en efusivo abrazo. Vamos a donde estan mis hijas y mi esposa a darles la buena nueva y recibo deliciosos besos y abrazos de mis tres amadas. Poco después, se acerca un competidor y me dice "Gerardo, felicidades!"  le contesto lo mismo. Era el corredor que había ido a mi rueda en casi todo el tramo de Ciclismo. Después se aparece otro corredor, quién me dijo "Excelente carrera" o algo por el estilo, antes de darnos un apretón de manos. Después caí en la cuenta que era el corredor que había rebasado casi para terminar el tramo de carrera. Él había quedado en tercer lugar.


La premiación fue una ceremonia sencilla y nada pretenciosa, festiva, alivianada, amenizada por la música en vivo de un Mariachi. Precisamente cuando estaba a la espera de ser premiado, recibí el correo en mi teléfono de que había sido aceptado para correr Boston Marathon 2014; ¿qué mejor momento para enterarme de que por fin mi nombre aparecía en la lista de participantes de este prestigioso Maratón?.
 Fui el primero en subir; cuando lo hicieron el primero y tercer lugar, los saludé y felicité. Levantamos a la voz de tres nuestros trofeos y posamos para la foto. Y fue todo... hasta la próxima.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Boston Marathon 2014. ¡Estoy Dentro!


En Noviembre de 2012, la Super Tormenta Sandy impidió que se celebrara el New York City Marathon. Estábamos mi esposa y yo aterrizando en el aeropuerto La Guardia el viernes previo a la celebración del Maratón en la Gran Manzana, cuando uno de los corredores que iban en nuestro mismo vuelo se enteró en twitter y gritó desconsolado "¡Lo Cancelaron!!!" Fué la confirmación de una muerte ya sospechada del NY City Marathon 2012 y fué una de las más grandes decepciones que he vivido desde que soy maratonista.

Después de tal fiasco, justo después de retornar de Nueva York a mi Ciudad, emprendí lo que llamé el "Proyecto Boston 14". Fué como un desesperado intento por no dejarme llevar por la desmotivación causada por no haber podido correr Nueva York ese año. Había que poner kilómetros en las piernas, pero sobre todo, poner en la mente la ilusión de un nuevo gran proyecto como sería correr Boston en 2014, el que se dice es el más importante Maratón en este mundo.

Faltaba en ese momento casi año y medio, pero el plan estaba decidido: buscaría dar la marca para Boston en Maratón Monterrey en diciembre de 2012 o en Maratón Lala en marzo de 2013. En ambos di la marca mínima. En ambos hice buena carrera, aún cuando mis tiempos no fueron los mejores. Mi tiempo clasificatorio fue de 7 minutos por abajo del tiempo máximo clasificatorio para mi grupo de edad. Fuera como hubiera sido, tenía en mis manos el tiempo calificatorio para Boston 2014.

Faltaba lograr la inscripción. A raíz de los atentados en Boston en Marzo de este año, se despertó un gran interés entre la comunidad maratoniana por correr en 2014 ese mismo Maratón, como homenaje a los caídos en los bárbaros atentados de Abril de 2013 en el más tradicional y antiguo de los Maratones en el mundo. Lograr asegurar un lugar para Boston 14 no iba a ser fácil. Tendría que esperar a que se inscribieran primeramente los corredores que habían logrado tiempos de clasificación de 20 minutos o más por debajo del máximo y de 10 minutos o más. Eso me llevaba a tener que esperar 4 días del período de inscripciones para poder intentarlo yo, con el riesgo de que para entonces, los lugares se hubieran agotado.

La espera fue larga y el día 13 de Septiembre, hace unos cuántos días, por fin me llegó el momento de inscribirme. Un minuto después de abrirse las inscripciones para mi grupo de tiempo, ya estaba yo en la computadora ingresando mis datos. Todavía tuve que esperar algunos días en los que la incertidumbre era grande, pero por fin, ayer Domingo 15 de Septiembre, fecha además gloriosa en México, recibí la noticia: ¡mi nombre aparecía ya en los listados de corredores aceptados para Boston 14!.

No pude haber recibido la noticia en mejor momento: estaba en ese instante esperando que me premiaran por mi segundo lugar en mi categoría en Triatlón Querétaro y mientras me tocaba el turno de subir al podio, chequé internet en mi teléfono... y ahí estaba mi nombre, entre todos los agraciados y afortunados que, si Dios Quiere, correremos Boston en Abril del próximo año.
La espera, la incertidumbre, todo valió la pena. Incluso, no haber corrido Nueva York en 2012, tal vez haya sido una pequeña señal. Será Boston, el Maratón más tradicional, el más antiguo del mundo el que me reciba en 2014 y espero que sea con los brazos abiertos.

¡Boston 2014, allá nos vemos!

viernes, 6 de septiembre de 2013

Entrenando en la Caminadora

Cada vez es más frecuente escuchar que algún compañero maratoniano complementa sus kilómetros corriendo en una caminadora. En los gyms es muy común ver gente corriendo en las caminadoras y cada vez más estos aparatos se están volviendo parte del equipo de entrenamiento de rutina de muchos corredores y triatletas. Caminadora, Banda, Treadmill o como sea que la queramos llamar, esta maquinita puede llegar a ser un excelente auxiliar en nuestros entrenamientos diarios.
Algunos corredores no son partidarios de entrenar en caminadora. Comentan desde que es aburrido, que no es exactamente lo mismo que un entrenamiento "verdadero" en la pista o en el trail, que correr en banda puede ser hasta claustrofóbico, que las caminadoras son caras y consumen muchísima energía y varias desventajas adicionales. Todos estos problemas pueden ser perfectamente válidos para muchos, pero hoy les voy a hablar  de las ventajas -solamente- que ofrece este tipo de equipos, que son muchas y muy importantes.
La primera ventaja es que la caminadora nos ofrece la posibilidad de hacer una porción importante de nuestro kilometraje sin salir de casa, cuando nos fué imposible salir a correr a la pista o al parque, ya sea por la hora, la lluvia, el clima extremoso o cualquier otra razón. Si contamos con una caminadora en casa, es sumamente conveniente simple y sencillamente ponerse los arreos y correr bajo techo al ritmo y la distancia que queramos. En mi caso, que estoy sujeto a agendas diarias sumamente cargadas y muchas veces poco predecibles, la utilizo gran parte de los días entre semana, cuando llego a casa ya demasiado tarde o salgo demasiado temprano para pensar en salir a la pista. En el lugar donde vivo, llueve intensamente y prácticamente todos los días desde Mayo hasta Octubre y poder correr bajo techo, a salvo de la lluvia, es sumamente conveniente. Tengo una buena TV casi enfrente de la caminadora, por si me apetece ver el video de alguna competencia atlética, triatlón o partido de fut mientras corro y un equipo de audio para escuchar música sin tener que correr con los audífonos molestándome los oídos.



Hacer series de velocidad en la caminadora es algo que también me encanta. A diferencia de cuando uno corre en la pista, la caminadora nos ofrece la posibilidad de correr exactamente al ritmo programado tanto los intervalos como los tramos de recuperación. Hay equipos que incluso ofrecen facilidades para programar la sesión de velocidad, con el número y longitud de repeticiones que se desean hacer, al ritmo programado y con los tramos de recuperación requeridos. Mi caminadora no es de tan alta gama, pero manualmente puedo controlar perfectamente a qué ritmo deseo correr mis intervalos y tramos de recuperación.
Lo mismo sucede con el entrenamiento en cuestas. Si la caminadora tiene la facilidad de variar su inclinación con el toque de un botón, como lo son la mayoría de los equipos hoy en día, se puede simular el entrenamiento en subidas de manera muy exacta. Se puede correr con la pendiente deseada o programada, variando en el momento adecuado la inclinación. Esto tiene la grandísima ventaja de que se puede correr con pendiente solamente hacia arriba, evitando los tramos de bajada y el efecto de un mayor impacto en piernas que normalmente se tiene al correr con pendiente negativa.
Adicionalmente, una buena caminadora tiene la ventaja de que el impacto natural en las piernas resultante de la carrera es menor, pues la mayoría cuenta con sistemas de amortiguación que en mayor o menor grado disminuyen el daño producido por el golpeteo natural de la carrera. 
Se dice que correr en una caminadora requiere menos esfuerzo que correr en exteriores, debido a que no se tiene que vencer la resistencia del aire que se tiene al correr en ruta, por lo que se dice que es conveniente que siempre se corra con una pendiente del +2% para igualar el esfuerzo que implica correr en escenarios naturales. Pero esto no considera que al correr en una caminadora no se tiene el efecto de inercia, pues aunque las piernas se muevan, el cuerpo permanece en el mismo lugar y ello hace que el empuje que se tiene que ejercer sobre la banda para mantenerse en su misma velocidad, sea mayor. Esto hace que se compensen ambos efectos (No Resistencia del viento y No Inercia), por lo que yo sostengo que correr en una caminadora es exactamente equivalente, en cuanto a nivel de esfuerzo requerido, que correr en forma natural en exteriores. Así que si se acostumbra correr en una caminadora siempre con un 2% de pendiente hacia arriba, será más difícil que correr afuera y se tendrá un beneficio adicional.
Hoy por hoy existe una amplísima gama de caminadoras, desde las muy simples y baratas hasta las muy sofisticadas y de alto costo con infinidad de facilidades, programas precargados, opción de simular rutas en cualquier parte del mundo vía google maps, etc. Sin embargo, una caminadora básica, pero con lo mínimo necesario para entrenar seriamente, como podrían ser controles digitales de velocidad e inclinación, es cada vez más accesible y con precios cada vez más bajos.



En general, mi experiencia entrenando alternadamente en exteriores y en la caminadora ha sido muy positiva. He tenido desempeños sobresalientes para mi nivel en Maratón, con programas de entrenamiento que han hecho énfasis en la carrera en banda. No necesariamente quienes lean esta entrada estarán de acuerdo con las ventajas de las caminadoras, pero aún así, me atrevo a recomendar ampliamente su uso.