Triatlón Querétaro 16

miércoles, 20 de mayo de 2015

Proyecto Ironman 2015... a 5 semanas de San Gil.

Al mismo tiempo que inicié el año de 2015, me embarqué en la aventura de correr un Triatlón Ironman.

Como primera escala de dicho viaje, Triatlón San Gil será la competencia en la que el próximo 21 de junio, si todo continúa como hasta ahora, tendré mi primera experiencia en la media distancia. Es decir, Triatlón San Gil, con su distancia equivalente al Medio Ironman (70.3 millas), será mi primera prueba de fuego antes de decidir si las fuerzas podrán ser suficientes para ir por la distancia completa y convertirme en Ironman algún día no más lejano que finales de este año.


San Gil no es de la franquicia Ironman propiamente, sino de la familia de Triathlon Challenge. Se trata de una competencia igual en distancias al medio Ironman, pero más difícil. Tal vez sea San Gil el triatlón de media distancia más demandante en México, debido principalmente a los empinados 90 kilómetros del tramo de ciclismo, que se corren en la Sierra Gorda de Querétaro y que debido a su topografía montañosa, se convierten en un verdadero reto difícil de vencer, y más para un novato en estas distancias.

 
Los 1900 metros acuáticos de San Gil se nadan en un lago artificial, sin dificultades mayores que las normales en cualquier triatlón, y el medio maratón que remata la competencia, si bien es casi plano, se correrá con el sol de mediodía cayendo a plomo. En suma, es San Gil un dragón difícil de matar, aún para los experimentados, más para los bisoños como yo.


Mi preparación ha ido sobre ruedas y no solo sobre las de mi bicicleta. Mi nueva socia, una Kestrel Talon 2014, aderezada con rines Shimano Dura-Ace está totalmente adaptada a mi anatomía. Y yo a la de ella. Estoy cubriendo distancias crecientes cada vez y las rodadas largas de los fines de semana ya alcanzaron varias veces las 4 horas y 20 min, que en distancia llegan a los 130 kilómetros. Y a ritmos que a veces me sorprenden. Siendo yo esencialmente un maratonista con mediana experiencia en Mountain Bike, ya un poco empolvada en el pasado, el ciclismo de ruta no es precisamente mi especialidad. Pero con gusto he ido descubriendo que soy bastante competitivo en esta disciplina.


En lo que respecta al renglón del nado, sí debo confesar que solamente logro sobrevivir las distancias, sin poca o ninguna aspiración de acercarme siquiera a la medianía en cuestiones de eficiencia, resistencia y velocidad. Pero aunque el esfuerzo tiene que ser mayor en este renglón, poco a poco también he ido logrando un nivel que me eleve por encima del mínimo de la decencia.

Pero en el rubro de la carrera es donde mi experiencia me debe sacar a flote. Siendo corredor y maratonista desde hace más de 30 años, la carrera ya la traigo integrada de fábrica. Es aquí donde disfruto más y en donde espero tener una buena ventaja competitiva.

Las distancias y los volúmenes de entrenamiento han ido creciendo mes a mes. Abril fue tal vez el mes de más entreno en toda mi vida. Y mayo lo será aún más. Pero sorprendentemente, el cansancio físico y mental no es mayor sino que es una carga que he podido ir llevando adecuadamente en estos últimos 5 meses. El tiempo para entrenar hay que ir a buscarlo y en ese sentido las cosas no han sido fáciles, pero me las he arreglado. Y la motivación va en aumento.

Como parte de mi preparación, el 2 de Mayo pasado corrí Triatlón Monterrey. Una competencia que forma parte de la ITU World Triathlon Series y que tomé como termómetro para checar el avance en mi preparación hacia San Gil. La distancia fue la Olímpica, que son 1.5 kilómetros de nado, 40 de ciclismo y 10 de carrera. El objetivo era acercarme lo más posible a las 2:45 horas de tiempo total. El resultado fue un 2:49, bueno para un 3er. lugar de la categoría de 55 a 59 años. Nada mal para una carrera de preparación.


Con el ánimo renovado después del buen resultado en Triatlón Monterrey, estas dos semanas recién finalizadas han sido de gran volumen de entrenamiento. En especial la más reciente en la que completé 13 horas en 6 días de entrenamiento y 1 día de descanso. La agenda de la semana fue así:

Lunes.- 2.4 km. de nado en 0 Horas : 49 : 04 (repeticiones largas con recuperaciones medias)
Martes (AM).- 25 Km. de bicicleta en el rodillo en 0 horas :50:34
Martes (PM).- 12 Km. de trote ligero en 1 Hora : 10 : 05
Miércoles.- 2.6 Km. de nado en 0:54:08 (repeticiones largas con recuperaciones cortas)
Jueves.- 30 Km. de bicicleta en el rodillo en 0:59:39 + 5 Km. de trote muy ligero en 0:30:20
Viernes.- Descanso total
Sábado.- 27 Km. de trote ligero en 2 Hrs. 33: 34
Domingo.- 130 Km. de bicicleta en ruta en 4 hrs :20:05 + 10 Km. de trote muy ligero en 0 hrs : 51:29

Totales de la semana:
Nado.- 5 kilómetros
Bici.- 185 Kms.
Carrera.- 44 Kms.
Tiempo total.- 12 Hrs : 58 : 58

Quedan 5 semanas paraTriatlón San Gil. Si las lesiones me respetan, espero correr el 21 de junio esta competencia en un objetivo de tiempo de 5 Hrs. 45 min. Cualquier tiempo igual o menor que éste será un éxito rotundo y no tendré pretexto para continuar rumbo al Ironman a finales de año. Si logro correr abajo de las 6:00 hrs. también será un éxito moderado y los planes se mantendrán. Pero si el resultado es de un tiempo mayor a las 6:00 horas, o bien, el sufrimiento se me viene encima durante la competencia, pensaré dos o tres veces y reevaluaré el plan de hacer Ironman este año.


Habrá que poner toda la carne al asador estas 5 semanas y ya veremos lo que nos deparan el destino y Triatlón San Gil.

lunes, 18 de mayo de 2015

El Embrujo de Boston

La ruta del Maratón de Boston es diferente. No solo no es un circuito, sino que es una ruta en bajada, en la que la salida y la meta están separados más de 35 kilómetros en línea recta. En total, de la salida a la meta hay un descenso neto de casi 150 metros. ¿Esto hace que Boston sea una ruta rápida y fácil? Rápida, tal vez. Fácil, ¡No! Al contrario, es una ruta muy difícil y traicionera.

Después de un rápido y ondulante descenso en la primera mitad del Maratón, se llega a Newton, mediana población de no más de 80,000 habitantes. Al llegar a la milla 17, ya en pleno Newton, empieza la porción más famosa y más retadora de la ruta. A partir de ahí y durante aproximadamente 3 millas, empiezan 3 empinadas subidas que preceden a la famosa y temida colina "Rompecorazones". La famosa Heartbreak Hill.



Para muchos, vencer la Heartbreak es la antesala del éxito en Boston Marathon. Para muchos otros, Heartbreak Hill es la entrada a un reto aún mayor: "La Milla Embrujada".

Existen muchas historias en las que se cuenta que la Milla Embrujada es el lugar en donde los grandes protagonistas del Boston Marathon desfallecen. En 1963, Mamo Wolde, campeón Olímpico en el Maratón de México 68, empezó a caminar en la Milla Embrujada después de liderar durante más de 30 kilómetros la competencia. Y como Wolde, muchos otros grandes corredores han sufrido igual ahí.

John "The Younger" Kelly, ganador de Boston Marathon en 1957 y 5 veces segundo lugar, la llama "El Cementerio de la Esperanza Perdida", porque muchos corredores llegan ahí casi a deshacerse.


La Milla Embrujada es casi plana y no es tan intimidante a primera vista como puede ser la colina Rompecorazones, a pesar de que corre por el límite del Cementerio Evergreen en Newton. Entonces ¿qué es lo que la hace tan difícil? Dicen los que conocen bien la ruta de Boston, que simplemente es el punto en donde está localizada; el momento en el que aparece. Después de conquistar con grandísimo esfuerzo las colinas de Newton, que son las más empinadas de la ruta, los corredores caen en la cuenta de que aún tienen por delante por lo menos otras 5 millas antes de llegar a la meta. Una vez que desaparece la euforia de haber conquistado la Rompecorazones, la cruda realidad de que todavía hay por delante casi 10 kilómetros de sufrimiento, con mucha frecuencia destruye el ánimo de los corredores.

Poco después viene "El Anuncio Embrujado". Se trata de un espectacular de la empresa Citgo que está en los últimos kilómetros de la ruta del Boston Marathon. En esos últimos kilómetros de la carrera, de pronto los corredores lo divisan a lo lejos y es desmotivante correr y correr y seguir viendo el anuncio siempre a lo lejos. Los veteranos de esa ruta recomiendan correr rehuyendo mirar el anuncio de Citgo y solo verlo cuando se pasa justo frente a él. Entonces, al dejar el anuncio atrás, según cuentan los maratonistas de imaginación más locuaz, el embrujo del Citgo se transmite al corredor, infundiéndole fuerzas suficientes para correr las últimas dos millas del recorrido.


En mi caso, cuando corrí Boston Marathon seguí los consejos y no miré el anuncio. Vi que apareció a lo lejos, aparté la mirada y no volví a verlo; ni siquiera cuando pasé frente a él. No sentí nunca el embrujo del anuncio sobre mis piernas, ni para bien ni para mal.


Así es Boston Marathon, por lo menos ese es el recuerdo que tengo de este maravilloso Maratón. Una ruta inolvidable, no tanto por sus características físicas, sino por todo el halo que la rodea antes durante y después de la competencia, y principalmente por lo maravilloso de su entorno y de la gente que la corre o que de muchas otras formas participa en este gran evento, The Boston Marathon, el que yo llamo "El Cielo de los Maratonistas".