Triatlón Querétaro 16

jueves, 8 de enero de 2015

Proyecto Ironman 2015

Tenía ya varios meses dándole vuelta al tema. Sentía (y siento) que las piernas pierden velocidad y que cada vez cuesta más dolor entrenar a ritmos rápidos; que las lesiones son cada vez más frecuentes y más prolongadas; que el entusiasmo de mejorar mis tiempos en Maratón es algo que ya no se tiene y que el que deja de ponerse retos se muere de a poco en poco. Entonces pensé que tal vez era tiempo de cambiar a objetivos mucho más modestos, como correr el Maratón en el rango de las 3:45 a las 4:00 horas. Y no terminaba de convencerme.

Entonces, me enteré que un par de compañeras del club en donde me inicié en el triatlón (CEENME), estaban entrenando para hacer su primer Ironman en Cozumel, en Noviembre pasado. En un principio pensé, como siempre había pensado, que era demasiado, que un Ironman es para sufrirlo, jamás para disfrutarlo, que nadar, pedalear y correr continuamente durante medio día y más de 226 kilómetros era para locos insensatos. Pero después de ver que una de las dos compañeras terminó Cozumel en menos de 12 horas (tiempo maravilloso para una mujer de 45 años, debutante en Ironman y con quién muchas veces entrené a la par, sin desmerecer), mis pensamientos cambiaron y empecé a pensar que tal vez sí es posible disfrutar un Ironman.


La puntilla me la dio una persona ya mayor, obrero de la planta química en donde trabajo. En alusión a un hijo que acababa de graduarse, mencionó algo que yo había pensado poco antes, aunque con diferentes palabras: "El día en que nos conformamos, ese mismo día empezamos a chupar faros (morir, en lenguaje coloquial mexicano)".

Esa tarde, al estar corriendo en la caminadora, pensé que conformarme con tiempos en Maratón muy por debajo de lo que estoy acostumbrado, era empezar a morir de a poquito. Quizá embarcarse en un proyecto tan loco como ir por el Ironman, era lo que me podría poner nuevamente con el entusiasmo a tope. Y ahí mismo, sobre la banda caminadora, tomé la decisión: Iré por un Ironman. ¡Y así nació mi proyecto Ironman 2015!.


Cambiar de Maratonista y Triatleta de distancias cortas a Ironman no es fácil ni rápido. Por lo menos 10 meses de un cambio radical de régimen de entrenamiento y hasta de estilo de vida tal vez serán necesarios. Y digo tal vez, porque como dije antes, no es fácil prepararse para un Ironman.

Entonces surgió el plan. En Junio será la primera escala de mi viaje Ironman 2015: haré mi primer Medio Ironman en Triatlón San Gil, si Dios me lo permite. No es un triatlón de la franquicia de Ironman, pero es exactamente equivalente en distancias y en exigencias: 1.9 kilómetros de nado en un estanque artificial, más 90 kilómetros de muy difícil pedaleo en una ruta extremadamente ondulada, rumbo a la Sierra Gorda de Querétaro y regreso, para terminar con un Medio Maratón sobre una ruta trazada bordeando un campo de Golf, totalmente plana.


El objetivo ambicioso es correr San Gil en el rango de las 5:30 a 5:45 horas, objetivo que se ve bien dentro de la lógica, de acuerdo a mis capacidades conocidas y a mis tiempos en Maratón y en Triatlones más cortos. Si todo sale bien y continúa bien en los meses posteriores a San Gil, atacaré la etapa final de esta jornada: Ironman Cozumel, en la isla del mismo nombre, a finales del mes de Noviembre. ¿La meta? Me da la tentación de ponerme un objetivo de menos de 13 horas. Pero la prudencia me dice que vaya solo por terminar la ruta. Si salen 13 o salen 15 o 16 horas, el logro será el mismo: ¡Seré IRONMAN!