“Crumbling is not an instant’s Act”
Emily Dickinson, una de las poetisas más emblemáticas de la literatura norteamericana, hace mucho más de un siglo escribió esa frase en uno de sus poemas, la cual se podría traducir libremente como: Desmoronarse no sucede en un instante.
Más que experto en literatura, soy más bien un perfecto villamelón en ese tema, pero encuentro en ese verso la desesperanza de una persona que contempla el lento pero inexorable avance de su decadencia. Irónico en una artista que conforme maduraba, creció hasta convertirse en uno de los gigantes de la poesía en Norteamérica.
Pero ni esta entrada ni este blog son acerca de filosofía, poesía o poetas.
En enero de 1988 corrí mi 4o. Maratón, el que sería el mejor y más rápido Maratón de mi vida. En aquel viaje a Houston, todo se alineó para que yo corriera los 42.2 kilómetros en un maravilloso 2:48:53.
Aquella gélida mañana, el clima, una excelente preparación física, un ánimo y un estado mental totalmente enfocados hacia el Maratón y tal vez muchos factores más influyeron positivamente para que yo pudiera correr la cuarentona muy por abajo de las 3 horas.
En aquel lejano año, mis responsabilidades de trabajo y familiares me permitían dedicar mucho más tiempo a mis entrenamientos de lo que hoy por hoy puedo dedicar. Había temporadas en las que llegaba a hacer 120, 130 o más kilómetros en 7 o más sesiones semanales y competía cada 1 o 2 semanas en carreras desde 1.5 hasta 21 kilómetros. No hacía bicicleta ni nadaba y dedicaba todo mi entrenamiento a la carrera; estaba en gran medida enfocado al logro de mis objetivos Maratonianos.
Por supuesto, había un pequeño truco involucrado: ¡Era yo un jovenzuelo de 30 años de edad!
Han pasado casi 26 años desde aquella aventura en Houston que significó mi mayor logro atlético. Soy ahora casi el doble de viejo, peso 12 kilos más y entreno la mitad de lo que lo hacía entonces.
Hoy día, el tiempo al que aspiro en mi próximo Maratón es del orden de las 3:25:00, si el Universo conjura a mi favor el próximo mes de Diciembre.
Significa que, si en Monterrey logro una marca cercana a las 3:25, habré perdido en 26 años alrededor de 34 minutos con respecto a mi mejor desempeño en Maratón. Mucho más de 1 minuto por año.
¿Poco a poco me he ido desmoronando? ¿Poco a poco he ido dejando de ser Maratonista?
Lo más curioso de esto es que, a pesar de que nunca podré ni siquiera acercarme a mis récords personales, hoy disfruto mi afición por la carrera y el Maratón igual o más que lo que disfrutaba hace más de un cuarto de siglo.
Hoy soy más viejo y más lento, pero he aprendido a saborear aquellas mieles del Maratón que no tienen que ver necesariamente con la velocidad ni con correr tiempos extraordinarios.
Hoy corro menos kilómetros, menos días y con menor intensidad, pero me divierto más con el grupo de ciclismo y la alberca le inyecta variedad a mis entrenamientos.
Hoy, difícilmente igualo o mejoro mis marcas del año anterior, pero disfruto mucho más terminar fuerte un Maratón, atravesar el muro a gran ritmo y enviar besos a la tribuna al acercarme a la meta.
Hoy ya no gano podiums en carreras o Maratones, pero soy muy competitivo en Triatlón en mi grupo de edad, un deporte en el que sí es posible sustituir un poco la capacidad física por la maña.
Dice Max Ehrmann en su famosa prosa Desiderata, que hay que saber "abandonar con donaire las cosas de la juventud". Yo creo que no hay que abandonar nada que te haga feliz, aunque para seguir tengas que adaptarte a las circunstancias.
Otros lugares comunes nos dicen que "correr es la fuente de la juventud", que "hay que correr para vivir y no vivir para correr". Frases más pesimistas nos aconsejan "envejecer con dignidad", "disfrutar los años dorados", etc., etc., etc.
Pero a mí me gusta más otra frase, a propósito también de Emily Dickinson: "I find ecstasy in living - the mere sense of living is joy enough" (Encuentro éxtasis en vivir. La simple sensación de estar vivo es gozo suficiente). No importa la edad; no importa el tiempo ni las marcas. Lo realmente valioso es poder hacer lo que a uno lo hace feliz. Hay que intentar vivir lo más cercano al máximo que podamos.
Y si correr un Maratón en 3:25 o en 4:00 o en 6:00 horas me hace feliz, quiero seguir corriendo Maratón el resto de mi vida.
Interesante reflexión amigo. Un saludo desde España
ResponderEliminarJejeje, un jovenzuelo de 30 años, quién los pudiera volver a tener!!! :) Yo empecé muy tarde, a los 38, creo que estoy llegando a mi mejor momento en maratón a los 43. En media y 10K fue a los 41, y sé que no volveré a mejorar esas marcas. En maratón me gustaría acercarme a 3:15, pero sé que si no es este año o el que viene, seguramente las marcas irán hacia abajo. Pero la moral, siempre hacia arriba!!!
ResponderEliminarHay que vivir con pasión . Este deporte me ha enamorado porque teniendo ya 40 años veo que aún me queda mucho por delante . Veo gente mucho más mayor haciendo carreras y tiempos que actualmente no podría ni soñar . Ojala algún día pueda correr un maratón al lado de mi hijo . Disfruta de lo conseguido y vive con pasión tus retos .
ResponderEliminarUn saludo
Pues Gerardo, dejame decirte que ese 3:25 ya lo quisieran muchos mozalbetes hermano, pero si estas hecho un jovenzuelo campeon.
ResponderEliminarExcelente filosofia de vivir y gozar sin preocuparte por lo que hiciste el dia de ayer. Un abrazo.
Como dice el "moto" del grupos alicantino al que me uní esta semana pasada. "Old runners Never die". Andele compadre.
ResponderEliminarQue buena entrada compañero !!
ResponderEliminarLo priemro es que ese 3:25 es a lo que aspiro yo así que no quitaré nada de mértio a esa marca. De todas formas aunque tu marac de jove fue buena tiene mucho méito haber seguido corriendo...lo complicado es correr y compaginarlo con la vida laboral con los años, la familia....Para mi tiene mucho más mérito los tiempos que haces ahora.
Un saludo
Muy bonita entrada¡¡¡. Cualquier tiempo futuro sera mejor, eso no hay que olvidarlo Gerardo. Yo espero aun alcanzar mis mejores marcas pero si no se puede me conformo con llegar a viejo corriendo que tambien es una gran maravilla,al ritmo que sea me da igual.
ResponderEliminarUN abrazo.
Me ha encantado la entrada, yo estoy todavía en ascenso al haber empezado tarde aunque nunca correré a esos ritmos imposibles de cuando tenías 30 años.
ResponderEliminarHabrá que irse preparando para cuando las marcas ya sean inalcanzables.